lunes, 30 de marzo de 2020

Mi inglés y yo

El verano pasado me fui de vacaciones a Londres, era uno de mis destinos soñados, me apetecía mucho recorrer todos esos lugares que salen en la películas, las cuales no vuelves a ver igual después de ir en persona.

El viaje fue genial, la ciudad no tiene un solo rincón donde no haya algo digno de ver, de admirar, muy limpia y con gran cantidad de opciones para desplazarse de un lugar a otro, nosotros preferimos ir en plan turistas caminado de un sitio a otro, algo que me vino muy bien y como las otras veces que viajo me ayuda a compensar lo que pudiera engordar por probar todos los dulces locales, incluso pierdo peso, este año según el cuenta pasos hicimos una media de 15 km diarios.

Después de unos días allí con mi familia, que sí hablan inglés, descubrí lo crueles que pueden ser, riéndose de mi cuando intentaba comunicarme con los autóctonos no ocultaban sus carcajadas ante mis esfuerzos por ser entendida.

Soooorrrri, marcando las rrr solo lo decimos los turistas, yo la que más, ellos susurran su ssssori o algo parecido.

Cuando te hablan, ellos no hacen ningún esfuerzo por ser entendidos, siguen y siguen hablando y yo solo escucho, sfffsfffsfff no concibo como pueden decir palabras sin vocales, pero lo hacen, para eso es mucho más sencillo el francés, el portugués y el italiano.

Lo mejor es explicarles que no lo entiendes, " an don nou " es como yo lo pronuncio I do not get it , me dice googel que se escribe, o te haces la tonta, suele funcionar en último caso empiezas a gesticular como si te estuviera dando un ataque epiléptico. Al final te entienden.

A la hora de pagar siempre me tocaba a mi, claro luego la gastosa soy yo, por mucho que los que me acompañaban me decían la palabra yo con decir "tike" y enseñar la visa lo tenía solucionado.

Que soy una adicta al café lo sabe todo el mundo desde hace un año descubrí que la lactosa y yo no somos compatibles, pero eso allí es un problema.

No pretendáis pedir un café como aquí. Frío, con leche tal con poco café... Allí no hay leche sin lactosa solo leche de soja que se pronuncia "ssssoyyyaaa" Daros por contentos si os lo ponen más o menos como os gusta y solo uno que un par de veces la comunicación fue nula y me tuve que beber dos. Carísimos por cierto.

Uno de mis hijos quería comer un cupcake, y yo vi una pastelería, ni me lo pensé entré y en mi inglés con acento castuo les pedí un casssquei. La dependienta me miraba rara y repetía mis palabras, y luego decía noooo.

Yo se lo volvía a repetir un cassssqui y ella nooo.

Entonces miré a mi alrededor y me dí cuenta que era una pastelería francesa y solo vendían macarons, que por cierto sé pronunciar con r francesa.

- Ah, la dije,¡¡ macarons !!
- Yes, yes dijo la chica.

A mi hijo que estaba fuera muerto de risa, le grité, solo hay macarons, ¿ quieres unos ?

Y él entre risas me contestó. - No, esos no me gusta.


No es la primera vez que viajo, pero no me dí cuenta que el concepto de estación de verano y ropa no es el mismo aquí que allí. Yo he ido a un país en otoño y ellos iban en tirantes.

Tuve que entrar en un primark y comprar una sudadera con forro polar porque me moría de frío.

La dependienta se moría de la risa y yo al pensar que había hecho un viaje en avión para terminar comprando en un primark.

Como no sé leer los textos en inglés me descargué una aplicación para el teléfono que poniendo la cámara encima del texto me lo traducía, lo utilizaba para pedir el menú a la hora de comer, por no terminar envenenada, pero no iba todo el día leyendo los carteles, en una de esas ocasiones pude terminar muy mal " Beware horses may kick or bite. Thank you " que viene a decir que cuidado con los caballos que patean y muerden y ¡¡ allí estaba yo haciéndome la foto !! Por suerte no me pasó nada.

La imagen puede contener: personas de pie, caballo y exterior

Mientras disfrutaba de estos días de vacaciones me di cuenta que es una suerte no entenderlos , no podría escuchar música en su idioma y leer, estudiar o concentrarme en hacer cosas si entiendo todo lo que dicen sus canciones.

Pero como el confinamiento se alargue en el tiempo voy a empezar a estudiar inglés y pronunciar con sus sssfff

sábado, 28 de marzo de 2020

Organización

Este año he tenido la mala suerte de tener que estar en casa más tiempo del normal, a finales de noviembre un mal resbalón hizo que mi pie se quedase entre la rueda del coche y la acera y crujiera, terminé el día con un ataque de nervios y una escayola.

El siguiente mes lo pasé yendo y viniendo con una silla de ruedas que ha dejado su marca en todas las puertas, paredes y muebles de la casa.

Los primeros día no se me hicieron muy largos, la novedad, las visitas hicieron que los días pasasen rápido, pero cuando me empecé a quedar sola en casa la monotonía empezó a apoderarse de mi y tuve que tomar medidas, justo cuando me desperté en la silla de ruedas totalmente retorcida con la cabeza caída hacia un lado y la baba resbalando por mi boca, pensé que había tocado fondo en lo que a deterioro físico y mental se podía llegar en un confinamiento casero.

Desde ese momento establecí unos horarios que me permitieron pasar los días de la mejor manera, perdí peso, dormía bien, adelanté trabajo para el siguiente trimestre y cuando me quitaron la escayola comencé a ejercitar mi tobillo, además de cocinar.

Limpiar y poner lavadoras era complicado.

Me obligué a seguir las rutinas para pasar mejor los días y funcionó, aunque cuando sonaba el timbre de casa corría con la silla por el pasillo gritando voy, voy y luego me quedaba allí mirando la calle como los pobres gorilas en el zoo.

Ahora he decidido hacer lo mismo, seguir una rutina, porque es la mejor manera de sobrellevar estos momentos, la diferencia es que me puedo mover con total libertad por la casa por lo que además de trabajar, he hecho limpieza general, organizado todos los alimentos y productos de limpieza para no tener que salir cada día, procuro salir una vez a la semana, creo que es más seguro para nosotros y para los que tienen que trabajar fuera obligatoriamente. Estoy leyendo libros que tenía en mi lista desde hace años y he vuelto a escribir en este blog que lo tenía totalmente abandonado.

Aún con todo organizado y planeado hay momentos en los que me siento y miro desde el balcón, el otro día coincidí con un vecino que muy alegre me comentaba que hasta ahora no se había dado cuenta de la cantidad de pájaros que había frente a nuestras casas y que una cigüeña iba todas las mañanas a la misma hora y se quedaba un rato buscando comida por el olivar. Me hizo gracia su conversación, nunca pensé que podríamos hablar de algo así.

Pero al día siguiente me dí cuenta que en el  silencio que invadía mi cocina yo me estaba centrando en el ruido que hacía el cuchillo mientras partía el pan para hacer las tostadas, jamás, repito,  jamás había prestado atención a algo tan simple como eso, quizás porque siempre voy con prisas porque siempre tengo la cabeza en mil cosas y después de estar en casa y superar la locura de organizar todo el trabajo los primeros días, mi cuerpo y mi mente se están relajando y empezando a disfrutar de estos días de en casa.

Sigo trabajando, haciendo limpieza, cocinando, pero además escucho música, leo, disfruto de los que tengo cerca y procuro estar en contacto que los que por ahora no puedo tener cerca.

viernes, 27 de marzo de 2020

Mi opinión

Tengo un empacho, como cuando comes más de lo que tu cuerpo puede aceptar y luego estás con la tripa llena y te duele, pues así estoy yo, pero lo que tengo es un empacho mental de información.

Ya no hay otro tema en la televisión, las redes, la prensa que el covid- 19 y llega un momento en que mi mente se satura y no da más de sí.

Pero hoy una de esas noticias me ha llamado la atención y me ha enfadado, me ha hecho ver que en estos momentos de crisis, en estos momentos de guerra, la gente puede sacar su mejor cara, ayudando a los demás, arriesgando su vida incluso para que otros sobrevivan o puedan tener comida en el plato, pero también sale lo peor de algunas personas o simplemente es que han estado latentes y ahora dan la cara.

Es ahora cuando su teoría del sálvese quien pueda aparece, cuando se atreven a hacer declaraciones como el presidente de Holanda, que recrimina que en Italia, España y Portugal estemos utilizando nuestros recursos hospitalarios para salvar a los mayores de ochenta años, a los débiles o a los enfermos.

Cuando otro político declara sin que le tiemble la voz que los mayores han de dar su vida para garantizar la estabilidad económica de sus nietos.

Pues me siento orgullosa de que seamos uno de esos países que se preocupa por sus mayores, que piensa en ellos hasta el punto de encerrarse en las residencias para poder cuidarlos.

Yo no me planteo ni siquiera podría pensar que mis seres queridos mayores se sacrificasen por mi riqueza material. Sus vidas valen más que todos el dinero del mundo, su cercanía, sus sacrificios ya han sido muchos para que yo esté donde estoy y ahora nos toca a nosotros ayudarles a ellos.

Espero que en esos países los votantes de esos políticos que anteponen el dinero a la vida miren a la cara a sus familiares mayores y se replanteen sus votos la próxima vez que vayan a las urnas.

Esta pandemia va a hacer pensar a la gente, o eso debería, la excusa de que no tenemos tiempo para pensar en esas cosas no la podemos poner en estos momentos.

martes, 24 de marzo de 2020

Desde el coche

Llevamos ya unos días en casa y me voy dando cuenta de las cosas más simples que me pueden hacer falta, la primera una bata- manta. Que se me quedan los brazos helados cuando estoy leyendo o con el pc.

Tengo suficientes mantas y tiempo seguro que en uno de esos ratos de aburrimiento total me hago una.

Después de tantos días en casa el cuerpo empieza a resentirse, la mente ya vuela sola, me empiezan a doler las articulaciones, los 38 escalones que tengo en casa no son una opción para hacer ejercicio, lo intenté los primeros días, se me subió la bola de uno de los gemelos y me pasé tres días amargada, comiendo plátanos a ver si se me pasaba.

Lo del yoga con cabras, nada, no encuentro una cabra ni siquiera de peluche.

Hacer las tablas de ejercicios que tanto se ven en las redes sociales me agota y casi seguro que me lesiono mucho más. El caso es que ayer mientras barría el suelo, que no entiendo por qué se ensucia tanto si no salimos, me dio un tirón la espalda y me comenzó a doler como en mis peores tiempos, normalmente se me pasa caminado, con antiinflamatorios y si me duele mucho ( como estos días ) pues me subo al coche y doy un par de vueltas al pueblo y todos los huesos vuelven a su sitio poco a poco, raro, raro, lo sé, pero cada uno es como es.

Pero ¿ qué puedo hacer ahora que el paseo es imposible y los controles de seguridad impiden la libre circulación de coches?  A ver como le explico yo a los guardias que no voy a ningún lado, que solo estoy circulando para que mis vertebras se vuelvan a colocar en su sitio, creo que iba a ser peor que el tipo que le ha dicho a la policía que iba a pasear a su perro invisible. No, no me podía arriesgar a que me tomasen por loca o pasase la tarde en el cuartel de la policía, la solución fue simple aunque creo que mis vecinos pensaron que me había vuelto loca.

Tengo el coche aparcado en mi puerta, si respeto la cuarentena puede pasar del último escalón de mi entrada al coche si pisar la acera, total que me subí al coche con un café y un libro, coloqué mi espalda lo mejor que pude en esos asientos que seguro que diseñó un quiropráctico, el día que venda el coche me quedo el asiento.

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Normalmente no pasa nadie por la calle en estos días, pero ayer, justo ayer, que yo estaba haciendo algo tan extraño, pasó junto a mi, el coche del ayuntamiento con música infantil y el coche escolta, tres veces !!

Salieron todos los vecinos a aplaudir y cantar las canciones infantiles y medio barrio decidió que era la hora de sacar al perro a pasear. Vamos que algo que tenía que haber sido fugaz, sin que me viese nadie,  fue visto por todo el mundo. Yo creo que algunos no creyeron mis explicaciones y sacaron sus propias conclusiones.

lunes, 23 de marzo de 2020

La ventana






Desde que estoy encerrada en casa, como millones de personas, lo que más me entretiene es mirar por la ventana, sentada en mi sillón huevo con un café en las manos ver a la gente pasar.

Me estoy aprendiendo las rutinas de todos los vecinos y de los que no son vecinos, el que sale todos los días a pasear al perro como hace años, pero ahora lo hace con guantes y mascarilla.

El que vuelve del trabajo y se merece un aplauso aunque no sean las ocho de la tarde.

El que se cree que los demás somos tontos y él muy listo porque se pasa el día yendo y viniendo con una bolsa bajo el brazo.

El que vive en la otra punta del pueblo y trae hasta aquí a su perro para seguir con sus paseos como si nada pasase.

Los que van a tirar la basura y se quedan de charla junto al contenedor.

Los que se pasan el día en el coche, ¿ Pero dónde van ? Si está todo cerrado.

Y los que van y vienen sin excusas, que les da igual las normas impuestas para todos.

Me dan ganas de conseguir un megáfono y ponerme a pegar voces diciendoles lo que muchos pensamos, que no engañan a nadie, que todos sabemos quienes cumplen con la cuarentena y quienes no, quienes son solidarios y piensan en el bienestar general y quienes no respetan a nadie.

A esas personas que se saltan las normas se las tendría que tratar diferente cuando enfermen, pero entonces seriamos como ellos.

El problema es que ellos a lo mejor no enferman, pero si lo hacen nuestros seres queridos o nosotros mismos cuando no tengamos más remedio que salir a comprar un medicamento o algo para comer, o las personas que tienen que ir a trabajar.

En estos días es en los que realmente se ve el fondo de cada uno, su moral, su conciencia social, su solidaridad para con los demás.

Y el problema es que estamos luchando contra un enemigo que no se ve, que parece que no está pero que mata igual que las balas.

No puedo entender a todos esos que el viernes hacían cola en la autovía para irse a la playa o a su segunda residencia, ¡ QUÉ NO ESTAMOS DE VACACIONES !

domingo, 22 de marzo de 2020

Cuaderno de bitacora día 3

Día 3 Lunes.

Llevamos tres días en casa, no se me ha hecho muy pesado, es como un fin de semana normal de esos que te quedas en casa en pijama y te arrastras de la cama al sillón y al revés.

La diferencia es que he trabajado más de lo normal, pero ya lo tengo todo listo, ahora he de seguir un horario y esperar que todo salga bien.

He preparado una ensalada para comer siguiendo mi lista de buenas acciones que me propuse el primer día, pero de postre me he comido unas chocolatinas y una bolsa de pipas, creo que la ensalada no compensa las calorías del chocolate y las pipas.

Me he duchado y lavado el pelo, si esto se alarga voy a pasar por varias fases en tono, extensión y peinado, hoy lo he dejado libre y parezco uno león enjaulado.

Lo de la gimnasia lo tengo difícil a ver que puedo hacer, me he estado informando sobre sesiones de pilates de entrenadores pero solo de mirar me he cansado, me ha empezado a doler todo y he tenido que dejar de verlo, creía que me iba a lesionar.

Como está lloviendo no puedo salir al patio a leer, me siento junto a la ventana pero no me concentro es más interesante ver quien pasea al perro o pasa con una bolsa vacía como si fuese a la compra.

He comenzado mi guerra personal contra el virus, si yo no puedo salir él no va a entrar, lejía en la puerta de entrada para desinfectar los zapatos del costillo cuando vuelve del trabajo. He quitado todas las cortinas y las he lavado, ya tocaba, pero ahora tengo tiempo.

En los ratos libres me informo a través de internet y de la tele de todo lo que tiene que ver con el virus, he de estar preparada para todo.

Cuaderno de bitacora día 2

Día 2 Domingo.

Ayer trabajé tanto que al final ya no recordaba que asignaturas daba y en qué cursos, tuve que confirmar una por una las tareas para que cuando enviase los trabajos no pensasen las familias que me había vuelto loca.
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Lo de comer sano lo voy a dejar para mañana, hoy hemos comido sobras, no me ha dado tiempo de cocinar y cada uno ha cogido lo que ha encontrado en la nevera.

No he hecho deporte pero en una de las series que he visto en la tele mientras trabajaba, siempre tengo la tele puesta, decían que el yoga con cabras era muy terapéutico, no sé de donde voy a sacar una cabra, creo que tendré que barajar otras opciones de gimnasia.

Tampoco me he duchado, total por un día no va a pasar nada.

Como no hace mucho frío y comentan que va a llover he salido a leer a la tumbona del patio pero ha sonado tantas veces el teléfono que no me he concentrado.

Esto va bien, se ha pasado el día rápido

sábado, 21 de marzo de 2020

Cuaderno de bitacora.




Día 1. Sábado

Acaban de declarar el estado de alerta, llevaban varios días advirtiéndolo, me he preparado a fondo para ello.

Tengo los artículos de primera necesidad en el armario:

-  Café
- Chocolatinas
- Pipas
- Y papel higiénico, naturalmente.

Porque yo he sido de las neuróticas que he comprado papel higiénico. Cuando lo decían en las noticias me parecía algo absurdo, pero como lo hacía todo el mundo pues seguí las sabías palabras:

- " ¿ dónde va Vicente ? 
- Donde va la gente "
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Pues yo he ido a por papel higiénico como todo el mundo, por si me hace falta para algo más que para tenerlo en el baño.

Al principio compraba un par de paquetes normales, pero la última vez que fui había una oferta de esas que compras 40 y te llevas 50 y opté por ella, según pagaba en la caja tenía la sensación de ser una alarmista y que me estaba preparando para el holocausto.

Estoy lista para todo. Tengo tanto trabajo que el día se pasa volando.

He hecho una lista de todas las cosas que quiero hacer en este periodo que voy a estar en casa sin salir:

*  Trabajar
*  limpiar la casa
*  cocinar sano
*  hacer algo de deporte aunque sea a través de internet
*  leer
* cuidarme

Como hace buen tiempo he sacado una tumbona a la terraza y me voy a leer.









viernes, 20 de marzo de 2020

Con la que está cayendo

En estos días de confinamiento obligatorio, escucho más la radio de lo que hago habitualmente, no porque no me guste, más bien por falta de tiempo, cosa que ahora increíblemente tampoco me sobra.

Llevo unos días escuchando ¿ qué podemos hacer para pasar el tiempo ? y hoy en uno de esos ratos en los que realizada una actividad manipulativa, en la que no tenía que pensar, mi mente que para eso va por libre comenzó a dar mil razones para llamar a la radio y poner los puntos sobre las ies a los que preguntaban que hacer por estar en casa encerrados.

Podían preguntar a las personas que han estado secuestradas durante meses, incluso años en pequeños zulos sin comunicarse con nadie y sin saber de su familia, temiendo por sus vidas.

También podrían preguntar a las personas que por alguna enfermedad han pasado largos periodos de tiempo solos en una habitación y enfermos.

O los que por su trabajo no ven a su familia ...

Pero de esos no nos acordamos, solo nos preocupamos por nosotros mismos y tenemos rabietas como los críos chicos.

Me preocupa más el que no se puede aburrir porque sale todos los días a trabajar y se expone él y los que le esperan en casa, el que se ha quedado en casa sin saber como va a dar de comer a su familia porque no tiene trabajo, el que está muerto de miedo porque si enferma es casi seguro que muera. El que no tiene donde quedarse y está en la calle.

¿ Qué hubiera sido de nosotros sin las nuevas tecnologías? Rara es la casa que no tiene una televisión, un teléfono con conexión a internet, un pc, una tablet, un contrato con una plataforma de televisión privada, por cierto, algunas están ofreciendo canales gratis durante un mes. O un libro.

Pues eso que cosas para hacer en casa siempre hay y si no nos las buscamos, que cuando no paramos en un día normal estamos deseando tener unos cuantos días libres para quedarnos en casa.

Aprovechemos estos momentos para hacer todo lo que siempre soñamos y no podemos porque la vida no nos deja un minuto libre.

En mi caso volver a escribir en este blog.

Dicho esto y para poder reírnos un rato, a partir de mi próxima entrada intentaré hacer reír a todo aquel que tenga un rato libre o no sepa que hacer y decida lee mi blog.

Muchos ánimos para todos y mil gracias a tod@s los que están en primera línea luchando contra este virus.

Pasada de moda

 He buscado la definición de los nacidos en los 70.  Que no es lo mismo que tener 70 y pone que soy un X , no una Xman o xwoman.  Se que mis...