lunes, 31 de agosto de 2020

Año nuevo

Hoy es mi cumpleaños, un año más, un año que empezó después de un verano en el que apenas pude descansar por tener que ir a los tribunales de oposiciones de manera obligatoria y que aún no me han pagado lo que me tenían que pagar por los viajes y las dietas de ese mes en el que además de examinar a los que algún día podrán ser mis compañeros me hice 6 mil km de coche en pleno verano, que cuando subíamos en él a las cuatro de la tarde hacía tanto calor que no podíamos ni tocar los cinturones, menos mal que mis compañeros de tribunal y de coche fueron, son, unas personas maravillosas que hicieron que esos momentos fuesen más agradables.

Después parecía que la cosa se iba clamando y terminé tomando las uvas con un par de muletas y un tobillo, el que estaba sano pasando a defcon 2.

Mi deseo de año nuevo no fue ni adelgazar, ni ser más simpática, ni la paz mundial, fue tener una vida normal, sin problemas, se ve que este año estaba en la cola de los deseos o tal vez no se ha producido por no haberme terminado las 12 uvas, que las que compra mi madre son como ciruelas de grandes y un día vamos a terminar en urgencias con la garganta llena de ellas.

Él o la que pidió estar más tiempo en casa era el primero de la fila en la lista de deseos sin duda.

Total que entre la mierda de año que he tenido y que cuando una cumple por última vez un año que empieza por 4 parece que las cosas se ven de otra manera y hoy que es ese día he decidido no ver los telediarios por un tiempo, me recuerdan esas revistas en las que solo salen catástrofes y malas noticias. He dejado de preocuparme por lo que se nos viene encima a todos los que mañana volvemos a las clases, lo estamos deseando pero también estamos aterrrados, 

Tengo una amiga que tiene un bar y me dijo ayer, que el primer día que abrió después del confinamiento se moría de miedo pero que la vida sigue y a todo te acostumbras y eso tendré que hacer o por lo menos intentarlo. Tal vez por eso esta tarde después de pintar las persianas de madera que evitan que las habitaciones de arriba en mi casa se parezcan a una sauna, me he dado cuenta que el suelo de la terraza estaba lleno de chorretones de barniz  que no quedaban muy bien y he tomado una decisión que hace unos años, no fui capaz de tomar, dejo el enlace de esa entrada por si alguien la quiere volver a leer. 


Si me pilla ahora la mancha de la puerta habría durado menos que las de barniz esta tarde, después de medio litro de lejía, otro medio de kh7 y un  bote de disolvente la mancha era ya un simple recuerdo. Ha quedado el suelo más limpio que cuando lo pusimos. 

Eso es lo que pasa con los años, que te hacen ver las cosas de otra forma, lo que nos quitaba el sueño hace años ahora nos hace reír o simplemente ignorar. 

A mi ahora de las pocas cosas que me quitan el sueño son las preocupaciones por mis seres queridos que supongo que no dejaran de preocuparme jamás y las dos horas de siesta que me duermo muchos días. 

Lo demás no está en mis manos, nadie podía hace un año decir que me iba a tocar ir a los tribunales cuando el apellido que salió fue la f y el mio es la p. No podía imaginar que me resbalaría y mi pie quedaría atrapado entre la acera y la rueda del coche con una postura nada buena y desde luego nadie podía imaginar que un virus nos cambiaría la vida a todo el planeta.

Mejor intentar vivir el día a día disfrutar de los que están a mi lado, procurar ser feliz y desear en este cumpleaños que no he celebrado que el año que viene me canse de dar besos y abrazos a todos los que tengo en mente invitar porque empezar una alta cilindrada cumplir 50 tienen que ser algo especial y se merecerá un fiestorro. Aunque sea con cervezas sin alcohol y estando en casa a las 12 con el pijama puesto.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Cuenta atrás

A menos de 2 semanas de terminar mi mes de vacaciones, los demás por mucho que critique la gente no han sido vacaciones, por lo menos en mi caso y en el de los compañeros y amigos de la misma profesión que conozco, hemos trabajado este año MÁS y lo pongo con mayúsculas que cualquier otro año, encima ha sido el año más triste. Si despedida de mi grupo desde hace 4 años ni de mi tutoria.

Cuando mis alumnos/as de este año, esos a los que no he podido hacer una fiesta de despedida después de dos años juntos, esos que he visto crecer y madurar, pasar de ser infantiles a una etapa de interés y curiosidad por las cosas, a un momento en el que todo es importante e interesante, sigo que me disperso, cuando me enviaron un vídeo para darme las gracias por hacer lo que tenía que hacer, mi trabajo, con cariño, con  amor, con ilusión aunque por dentro estuviera llena de pena por las circunstancias, apenas pude hablar, mis ojos llenos de lágrimas, mi garganta cerrada por la superación del momento sin poder tocarlos, ni besarlos, para poder dar las gracias aunque fuese con un audio, todo eso me hizo ver lo que ya sabía:

No puedo trabajar desde casa, se que mucha gente lo ha pedido y que es una opción en muchos trabajos, pero igual que el agricultor cuida sus plantas todos los días y el ganadero da de comer y beber a sus crías, yo necesito ir al colegio, ver como crecen mis niños, porque siempre son mis niños, alimentar sus mentes con conocimientos crear en ellos la necesidad de investigar, aprender, conocer, preguntar. Ver como se socializan, hacen amigos y se enfadan con ellos con la misma facilidad. Es fascinante a la vez que agotador el día a día en un colegio y eso por internet no se puede hacer.

Las nuevas tecnologías están muy bien como apoyo a la educación, pero no pueden sustituir una clase y un trato humano, porque la escuela no es solo aprender a leer o escribir o aprenderte los ríos de la comunidad autónoma en la que vives, que los de España hasta secundaria no se dan, con el nuevo sistema educativo por autonomías. ( Eso da para otra entrada ).

Después de todas estas reflexiones quiero decir que " Estoy deseando volver a clase "

¿ Cómo ? No lo sé. La administración como siempre lo deja todo para última hora y delegando responsabilidades en todos menos en ellos.

Sueño con volver a estar en clase, a poder ser una gritona, que les recuerde mil veces que se pongan el abrigo, ahora será la mascarilla, pero tenemos que volver.

Y como siempre seremos los equipos de profesores los que tengamos que pensar y organizar las cosas, porque las pautas generales que se establecen son como molinillos de viento los sueltas y giran dependiendo de donde venga el aire y el aire no siempre sopla desde el mismo lugar, a menos de dos kilómetros de donde está mi clase hay tres centros más, uno con una ratio ( número de alumnos/as  por clase ) de hasta 32, otro con 25 y otro con 4 alumnos por clase, está claro que lo que a unos les va a funcionar a otros no les va a servir para nada.

Seremos los profesores los que tengamos que organizarnos, crear protocolos para si todo es presencial, si la mitad es presencial y la mitad es en casa, si todo es en casa, pero ojo para todos los alumnos/as porque la educación a la carta individualizada, hoy lo llevo, mañana no, este no va a venir nunca y este va a venir todos los días eso si que es imposible, no hay horas en el día para tanto trabajo.

Intentemos entre todos ser lo más precavidos posibles, para que de esa manera la educación presencial que tanto deseamos los maestros sea posible, real y duradera sin brotes que pongan en riesgo la salud de nuestros hijos, nuestros padres y nosotros mismos.

Sacrifiquemos cosas más simples como cumpleaños, fiestas o reuniones de amigos para que los niñ@s puedan ir a clase con normalidad y los padres puedan trabajar tranquilos.

La vida es muy larga y lo que no se celebre hoy se puede hacer dentro de un año o dos, nadie va a morir por quedarse sin soplar las velas, pero sí puede morir alguien cercano por hacer una fiesta en apariencia imprescindible.

Algunas de las flores que me regalaron mis niños de este año.

Pasada de moda

 He buscado la definición de los nacidos en los 70.  Que no es lo mismo que tener 70 y pone que soy un X , no una Xman o xwoman.  Se que mis...