jueves, 25 de junio de 2020

" Seguro, posible o imposible "

La infancia y la adolescencia marcan el carácter de las personas, las mías no fueron de lo más normales, los primeros años los pasé entre gallinas, cerdos y secaderos, con personas buenas de corazón que me apreciaban y querías como yo a ellos.

Al cambiar de lugar de residencia mi adaptación a las nuevas normas sociales fue difícil, de poner cepos para cazar pájaros, correr descalza y buscar las culebras en vez de huir de ellas, pasé a sentarme en la puerta de las " nuevas amigas " a escuchar canciones de unos melenudos llamados " los pecos " y dar paseos viendo de lejos a los del género opuestos que ahora parecían el enemigo y antes solo eran uno más para jugar. 

Miles de lágrimas e intentos por parte de mi madre para que saliera, que hasta me castigaba a irme a la calle, empezaron a dar resultado y cuando me empezaba a integrar unos años después me tuve que poner un aparato ortopédico que me río yo de los bracket que llevan ahora todos. 

Otra vez volvimos a empezar, esta vez no estaba sola, algunas amig@s estaban a mi lado y me apoyaban, con todo y con eso comprendí que era mejor partir la cara al primero que se le ocurría decirme algo delante de todos que aguantar mil insultos, funcionaba casi siempre y al último que le demostré que no me gustaban los insultos estaba ya cerca de la mayoría de edad.

Quizás todo esto me ha hecho ser como soy, ser capaz de afrontar los problemas y enfrentarme a todo, no rendirme, ser agotadora, como dice una amiga, comprar tela para hacer mascarillas hasta que me salgan perfectas, después no volveré a hacer ninguna, igual que me ha pasado con las mochilas, los patrones de vestidos y faldas, la marquetería, el macrame y miles y miles de cosas. 

Con los estudios hago lo mismo, en la primaria le dijeron a mi madre que era difícil que fuese capaz de terminar el instituto, lo hice, sin repetir y me fue más que bien en la carrera, las oposiciones y en el trabajo. 

Soy el azote de mis hijos, lo reconozco, ellos no han tenido que luchar a lo largo de su vida ni la mitad que lo tuve que hacer yo y cuando han tenido un problema no se lo he resuelto, les he dado los instrumentos para que ellos lo hicieran. Es así como se aprende o por lo menos eso creo yo, de nada sirve esconderlos detrás de mis faldas y luchar yo sus guerras.

Pero ellos no siempre entienden mi actitud y se enfadan conmigo, creo que piensan que han tenido mala suerte con la madre que les ha tocado.

Hoy algún vecino se habrá reído un rato de mi al escucharme como intentaba hacer entender a uno de mis hijos la necesidad de estudiar todos los temas que le van a entrar en un examen la semana que viene, a tal punto ha llegado la bronca que he sacado un puñado de rotuladores y le he preguntado si era posible, imposible o seguro que siempre se librase de seleccionar el rojo sin mirar.

- No es seguro que de todos los rotuladores nunca selecciones el rojo, cariño, le he dicho. Es decir que si no te estudias dos temas tienes muchas posibilidades de que los dos que salgan a sorteo sean esos que no te sabes y termines suspendiendo el examen.

Se ha enfadado, me ha dicho que no se los iba a estudiar y ante todos los gritos y negativas por su parte y la mía, he tirado de pedagogía y lo he castigado sin salir y sin tele hasta que se los sepa.

Espero equivocarme y la semana que viene cuando haga el examen me diga cuanta razón tenía él y cuanto me equivocaba yo, pero lo dudo. Le podría haber dejado que se diese cuenta el día del examen e incluso suspender, pero se juega demasiado como para que aprenda así esta vez y he preferido ser yo la macarra

El último año de carrera, un listo de mi clase hizo un cálculo y decidió que de todo el temario de psicología que entraba en el examen final " sólo " teníamos que estudiarnos 11 preguntas, casi toda la clase hizo caso a su probabilidad y no miraron nada más del temario, yo que soy un poco escéptica decidí leerme todo el temario y acerté. 

En las oposiciones tres años seguidos salió el mismo tema, cuando decían el número a los veteranos nos daba la risa. Había gente que pensaba que no era posible que volviese a caer otra vez y no se lo volvieron a estudiar.

Y es que en esta vida, todo el mundo tendría que estudiar probabilidad y estadística.
Todo el mundo tendría que jugar descalzo en la niñez y buscar culebras.
Todos los que sufren insultos o son discriminados por un defecto o una característica que los diferencia de los demás tendría que partir la cara a alguno de esos macarras. 

Y desde luego todos o casi todos tendríamos que ser cabezones e intentar hacer las cosas mil veces hasta que queden perfectas. Espero que mis hijos con el tiempo entiendan esto y estudien y hagan todas las cosas para intentar obtener un 10 aunque luego solo saquen un 5, porque lo habrán intentado.

Resultado de imagen para estadistica y probabilidad para niños ...


2 comentarios:

  1. La verdad toda la verdad en lo que escribes me siento orgullosa de ti

    ResponderEliminar
  2. Siempre me has dado los instrumentos para poder afrontar los problemas. Mil besos

    ResponderEliminar

Pasada de moda

 He buscado la definición de los nacidos en los 70.  Que no es lo mismo que tener 70 y pone que soy un X , no una Xman o xwoman.  Se que mis...