Esta mañana, he ido al mercadillo, hacía más de un año que no iba, normalmente mi horario de trabajo me impide ir y cuando puedo se me olvida.
Allí me he encontrado con una amiga que hacía tiempo que no veía, me ha preguntado que me había pasado hoy ?, como si fuese algo normal que cada día me ocurriese algo raro.
Pero esta tarde mientras estaba en la peluquería, si que me he acordado de ella, porque he visto algo que me ha hecho reír, a mi y a casi todas las que estábamos allí.
Para contar la historia he de decir que mis visitas a la peluquería siempre están unidad a un buen libro, relaciono ese tiempo con un momento de relajación, de dedicación a la lectura, sin prisas, sin carreras, pero parece ser que soy de las pocas que piensa así o por lo menos la chica que estaba junto a mi no es de esa opinión.
Nada más entra ha empezado a protestar porque iban con retraso, pero eso no está unido a la visita a la pelu ?
La chica ha protestado y refunfuñado todo lo que ha querido porque a la hora que tenía concertada no la estaban peinando.
Cuando la han llamado y la han lavado el pelo creía que se iba a relajar, pero ni mucho menos.
Mientras esperaba con la cabeza empapada a que la peluquera se pusiese con ella, se ha puesto en pie, ha tirado la toalla en la silla y ha dicho ¡ Me voy, esto es insoportable ! y ha pedido la cuenta.
- Madre mía !!! Qué prisas !! Hemos pensado todas.
A menos de 5º en la calle, cuando llegue a su casa va a tener carámbanos en el pelo, además de un tremendo resfriado.
Y esta chica qué hace cuando va al médico y van con retraso ? Cuándo en la caja del super hay cola, o en el banco ? Y en su trabajo, es capaz de llevar todo al día, de no retrasarse ni un solo segundo ?
Después de un rato, mientras volvía a casa yo sola en el coche, me he puesto a pensar en ello y en que no es un hecho aislado, que cada vez somos más críticos, más exigentes con los que ofrecen un servicio, con los que realizan un trabajo para nosotros, pero que no lo somos tanto cuando el trabajo lo realizamos nosotros, entonces los pequeños errores no tienen tanta importancia.
Tal vez es que tenemos dos tablas para medir, la de los demás y la propia ? Tal vez tendríamos que auto-evaluarnos antes de hacerlo con los demás.
Quizás entonces actitudes como la de esa chica en la peluquería no serían tan frecuentes.
No pretendo ser la mejor, tampoco la más leída, solo plasmar por escrito lo que pienso, un saludo y gracias por leerme.
viernes, 27 de diciembre de 2013
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las canas
Hace tiempo que no entro, tanto que he tenido que actualizar la contraseña, quizás mi vida esté cambiando y no necesite reflejar mis pensam...
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Nido de golondrinas en la puerta del almacén de la piscina a la que vamos.
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