Ni todo lo que reluce es oro, ni todo lo que se dice es personal.
Lágrimas, risas, angustias, alegrías, pena, congoja, esperanza, sueños, desilusiones, tristezas, añoranzas, ilusión, apatía, desidia, coquetería.
Esa era su montaña rusa, esa era su cabeza cada día.
Esa era ella.
Era su vida un subir y bajar, un ir y venir, una locura nada más.
Esa era ella.
Una soñadora, una esperanzada, una desilusionada, una ilusa, una inocente, una idiota, una buenaza, una boba, una loca.
Esa era ella.
Lágrimas, risas, enfados, sonrisas.
Era ese el día a día de su vida.
Y no era feliz la loca, siempre estaba sola.
Y no era normal la loca, porque estaba loca.
Era buena, amable, cariñosa, simpática, cordial, pero estaba loca.
Era mala, retorcida, mentirosa, agresiva, odiosa, traidora y además estaba loca.
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