Alguna vez os habrá pasado una situación comprometida, que en plena acción te ves ridícula, con la sensación de estar haciendo el tonto horrorosamente.
A veces voy andando por la calle toda peripuesta y zas !! meto el tacón en un hueco. Además de romperse el zapato, bien seguro, te puedes matar y romper las medias.
Otras veces no puedo entrar en el coche porque el aparcamiento está fatal y los hay que ahorran espacio y se te pegan más de lo que el protocolo establece como correcto, el caso es que intentas entrar y no es posible, es entonces cuando tengo la genial idea de entrar por la puerta de la derecha, en plena operación te ves con la cabeza chocando con el espejo, las piernas en una postura un poco rara y todo el pandero apretado contra el cristal de la ventana que hace efecto lupa y te lo agranda hasta parecer de dos toneladas.
Que te pregunten algo cuando te has comido todos los pinchos de una vez. O te callas y no dices nada o es como intentar decir Zaragoza con la boca llena de polvorones, asqueroso !!!
Y claro un clásico, intentar beber un refresco en un bar y estar el hielo al revés, toda la coca - cola termina encima tuyo en vez de dentro.
Pues estas cosas me han pasado a mi, la última ha sido quedarme atrapada entre la mesa de clase y el radiador, con la silla. Ni para delante, ni para atrás, a lo bestia, arrastrando la mesa que el radiador esta clavado en la pared.
Pero espero que no solo me pasen a mi, que seria un poco bochornoso, porque claro, mal de muchos, consuelo de ... y yo no quiero ser la única.
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