sábado, 26 de enero de 2013

" Día de nieve "

Anoche cuando me acosté lo hice con una nota mental, un psot-it en mi cabeza, una ralladura, un no lo estoy organizando todo bien.

Y es que anoche cuando me fui a la cama, ya había preparado una medio maleta, porque hoy hemos ido a la nieve.

La maleta llevaba esto para dos niños:

- 6 pantalones.
- 6 polares
- 6 mudas completas
- 6 camisetas.
-  y 6 pares de zapatos.

Todo era por si se mojaban, no estaba dispuesta a tener que colgar ropa hasta en la antena del coche como otras veces.

Con la maleta ya lista decidí que uno de los niños no llevaba los zapatos adecuados para andar por la nieve y pensé que era mejor comprarle unas botas de agua por la mañana, y con ese come come me acosté.

Esta mañana a las 9,30 h estaba frente a la tienda para comprarlas, pero la tienda no habría hasta las 10,30 h.

He terminado comprando unas botas made in China que olían muy, muy raro.

Como no me han convencido mucho y me he acordado de las mujeres que se las pusieron los pies malos este verano con unos zapatos de ese país he quedado con las demás personas que venían a la nieve con nosotros en el aparcamiento de un centro comercial y mientras esperábamos a que viniesen le he comprado unas botas de campo al niño, para que estuviese él a gusto y yo tranquila.


Hemos subido a la zona de las pistas de esquí casi en procesión, unos detrás de otros.

Allí hemos quedado el coche en una zona completamente helada, nada más bajarme de él y caerme al suelo me he dado cuenta de dos cosas, ( no valgo para bailarina ) y he descubierto por qué un audi Q5 es más caro que mi tastarro familiar.

Nosotros no hemos salido de la zona dedicada a que los críos se deslizasen con los trineos de decathlon, pero allí había mucha gente, domingueros como nosotros y otros disfrazados de surferos de invierno, con colores chillones y botas que les hacían andar como patos.

Niños llorones, parejas discutiendo, gente dando porrazos cada dos por tres y una señora china con unos taconazos que yo no me pongo ni en un día normal y ella allí como si nada.

Además de los trineos que lo que más hacen es ocupar sitio en el maletero del coche, la gente llevaba una especie de cucharas de plástico gigantes para deslizarse, por 3 euros no pidáis mucho si las compráis.


Después de casi tres horas en las que sorprendentemente hemos pasado calor, todos los que allí estábamos hemos sentido el gusanillo en el estómago y hemos decidido marcharnos a la vez.

 Menos mal!! Porque es en ese momento en el que me he dado cuenta de por qué el  Q5 es más caro que mi coche, el señor que lo conducía ha salido a la primera del descampado con todo el suelo helado y claro yo he pensado que podría hacer lo mismo, menos mal que 6 hombres han empujado mi coche hasta que a purita fuerza bruta hemos salido de allí.

Los niños han disfrutado, no les he tenido que cambiar de ropa, las botas han evitado que se cayese al suelo y las fotos han quedado muy bien.


                                  Qué más se puede pedir para un día de nieve !!!



2 comentarios:

  1. ¡Cuanto me recuerda esto a cierta vez que fuimos, ya hace muchos años, a la nieve, también en grupo numeroso de adultos y niños.Entonces no había cucharas para deslizarse por la nieve simplimente un trozo grande de plastico que hacía el mismo efecto, algun que otro miedoso que no se decidía a deslizarse y sobre todo mucha alegria compartida.Abrazos.

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