viernes, 23 de noviembre de 2012

" A la irlandesa "

Quizás lo que hoy voy a contar haya personas que no lo comprendan, quizás piensen que no tengo sentimientos, que estamos un poco locos, pero cada persona lleva la pena de una manera y nosotros preferimos hacerlo así, a la irlandesa, pero sin beber y comer.

No se quiere más a alguien por llorar mil horas o vestir años de negro.

 Os preguntaréis por qué digo todo esto y las razones son simples.

Ayer murió mi abuela, tenía 91 años y un carácter muy especial, no era la típica mujer sumisa de su época, más bien todo lo contrario, mandona, gruñona, emprendedora, activa, inteligente, buena, todos estos adjetivos podrían definirla muy bien.

Mi abuela era todo eso y mucho más y yo la quería como si fuese mi segunda madre.

Durante muchos años la hemos llorado, una larga enfermedad la hizo irse poco a poco y lo de ayer simplemente fue el punto y final, su descanso y el nuestro.

Por eso después del sofoco normal al comunicarnos su muerte, durante su velatorio, mientras muchas de las personas que conocemos nos iban acompañando, nos fuimos relajando y la conversación fue acercándose a temas que algunos pueden considerar más bien Macabros.

Frases como

 - " Mamá si me muero y me haces funeral y misa, salgo de la caja y te la lío.
- Vale, no te preocupes, me contestó, pero podré decir unas palabras??
- Si, eso si, pero te las dejaré en el blog escrita.

Estos comentarios, dieron lugar a otros sobre anécdotas y actitudes frente a lo inevitable y que durante años habíamos contado mil veces alrededor de una mesa camilla con mi abuela, muchas las conozco porque me las contó ella.

Una mujer que ante el miedo a resucitar y no poder salir aceptó que la dejasen en la alacena de cristal, cosa que naturalmente no pasó, otro que pedía que tirasen sus cenizas en el sitio donde mejor se lo había pasado en su juventud, porque había llevado allí a todas sus novias, una mujer que quería dejar en el testamento que tirasen sus cenizas en la rebajas de zara y la que más nos hizo reír, los vecinos del pueblo que en plena post guerra recibieron un paquete de sus familiares en Argentina y pensando que era leche en polvo se lo fueron comiendo poco a poco, hasta que llegó una carta en la que les comunicaban la muerte de un familiar y les pedían que se hicieran cargo de las cenizas que les habían enviado.

Conversaciones, todas ellas que ayer y esta mañana nos han hecho reír en uno de los momentos más tristes de mi vida, en el entierro de mi abuela, de mi confidente, de mi amiga, de una mujer que afrontó su vida con ilusión y que me quería con locura, igual que yo a ella.

Te vas, descansas al fin y me dejas con el mejor de los recuerdos, nuestra conversación del otro día y la certeza de que muchos te apreciaban y en estos días nos lo han demostrado.

4 comentarios:

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  2. Siento muchísimo tu pérdida, yo viví algo similar hace unos años, y es muy triste, pero hicisteis muy bien en hablar de lo que en esos momentos os aliviaba, te mando un gran abrazo!!!

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  3. Lu, no había podido leer esta publicación y me siento feliz de poder hacerlo hoy, creo que llevas tanto de ella que nuca dejará de formar parte de ti. Mi abuelo murió hace poco más de un año, comprendo tus palabras.
    Un abrazo.

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