Ayer fui al dentista, otra vez, he ido tres veces en este mes, o no voy en años o voy tantas veces que parece que vivo allí.
Odio ir al dentista, me resulta doloroso, me produce contracturas cervicales de la tensión que acumulo y además todos los ruidos que hace y los olores me hacen pensar que se le va a ir la mano y voy a terminar con algo clavado en la encía, quién arregla eso luego ??
En pleno ataque de pánico, mientras veía al dentista acercarse con la anestesia le dije:
- Lo siento, pero prefiero ir al ginecólogo antes que venir a verte, que mal, que asco de trabajo, estar todo el día viendo y oliendo bocas llenas de caries y guarrerías, aunque el ginecólogo no tiene vistas mejores.
Y es que hay trabajos que no me gustan nada, pero que a otras personas les entusiasman, les motivan cada día, tanto casi como a mi tener en clase 20 críos de 6 años y hacer que se entusiasmen mientras aprenden a restar.
Al salir de la consulta, con la cara más dura que los muñecos del museo de cera pensé:
- Como me paren los guardias me llevan a la carcel seguro, por que no voy a poder soplar con esta cara acartonada. Hubiera sido un día redondo.
Las visitas al dentista no son nada agradables, a muchas personas les gerera mal estado general, como a ti.
ResponderEliminarLo siento, espero que el tratamiento termine pronto.
Saludos.
Creo que visitar a cualquier personaje que tenga que ver con la medicina es algo feo, al menos para mi, pero debemos ir para estar bien de salud y prevenir en algunos casos.
ResponderEliminarOjala y ya no tengas que regresar con el dentista!!
Besos
Pues ayer me tocó ir otra vez, grrr y me queda por lo menos otra visita más, pero la rutina me ha hecho tener más confianza y noto que voy más tranquila estas ultimás veces, bss a las dos
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