Fue un embarazo muy democrático, se repartió por todo el cuerpo de una manera uniforme.
He recordado un día en el centro comercial, con mi hijo de 20 meses y mi tripon, sudando como un pollo, esperando a que el crío terminase de jugar ( con el primero se tiene más paciencia y se le deja jugar más rato )
Entonces escuche como el niño lloraba y con su lengua de trapo me decía:
- Mamá no puedo
- Qué no puedes hijo??
- Mamá no puedo.
- Una lucecita se encendió en mi cabeza y me di cuenta de que lo que no podía era bajar.
Ni corta, ni perezosa, no me lo pensé dos veces y me metí dentro del juego de las bolas, subí cuatro plantas y rescaté a mi hijo, que se había quedado enganchado por el cinturón en una de las bajadas.
No me había acordado hasta ahora de aquel momento y hoy mientras lo hacía, me reía sola pensando en la cara de alucinada de la gente que viera a aquella mujer ballena meterse en las bolas, escalar cuatro pisos y rescatar a un niño. :)
Que lindo relato, una respuesta de mamá sin duda, no pudo haber sido de otra forma!
ResponderEliminarAsí que te sentías como una osita, jeje.
Pamela, más que como una osita como una osa a punto de hibernar, tenía un volumen tremendo, :)
EliminarPamela, más que como una osita parecia una osaza a punto de hibernar, por el volumen que tenía, bss :)
Eliminarjajaja que buena! Pero es que es lo que se tiene al ser mami. Y tu eres una gran mami.Y por lo visto una tentenpie!
ResponderEliminarMuchas gracias,parecía un tentenpie, un barril de cerveza, o Obelix, estaba tremenda, jijiji
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