viernes, 30 de julio de 2010

Las mujeres y los años.

Tengo una duda, a la hora de hacer comparaciones no se con qué comparar a las mujeres, si con los coches, o con un buen vino.
Lo mejor creo que es ver los pros y los contras de ambas comparaciones, y después decidir.
Comenzaré con los coches.
Cuando se anuncian los coches todo son ventajas, la línea, las curvas, su potencia de arranque, la seguridad, el confor, en fin todos conocemos algún anuncio de coches.
Pues con las mujeres entre las que me incluyo pasa igual, cuando entramos en el mercado, somos seguras, con curvas, buena línea, rápidas, independientes.
Un sueño hecho realidad, lo que pasa es que como los coches y siempre teniendo en cuenta esta comparativa, vamos perdiendo valor nada más salir del concesionario.
Los años, las arrugas, lo kilos de más, los embarazos hacen que las curvas, la línea, es decir todo lo exterior se deteriore, en mayor o menor medida, dependiendo del mecánico.
Y llega un momento que en vez de compararnos con un cupe, nos comparan con un monovolumen o incluso con una furgoneta.
Pero yo, que ya no me incluyo dentro de los cupe, pero que me niego a pertenecer a la gama de las furgonestas prefiero pensar en la otra opción, y ver la comparación de las mujeres y el buen vino.
Un día hace muchos años, muchísimos alguien me dijo que yo mejoraba con los años.
Y yo le contesté: - que como los buenos vinos.
Y desde entonces no he dejado de darle vueltas a esa frase.
El vino cuanto más viejo mejor y más caro.
Las mujeres en un principio somos como los mostos, sin alcohol, simples, líjeras , sin experiencia y sin conciencia.
Con el tiempo comenzamos a coger grados y a tener mejor sabor, somos más expertas, capaces de afrontar los problemas.
Multitareas, podemos pensar y actuar en diferentes cosas a la vez.
Nos hacemos imprescindibles en todos los eventos.
Somos un valor en alza.
Una vez que he expuesto las dos comparaciones y sin animo de ofender a nadie.
Creo que prefiero ser una furgoneta con un alto grado de alcohol como combustible, porque aunque mi chasis se deteriore, tenga rayones o algún boyo, se que el combustible que lo mantiene en marcha mejora con el tiempo, que me permite afrontar todo lo que me rodea con madurez y solera.
Que hace que tenga buen sabor y deje regusto a quien lo prueba.
Que intento ayudar a los brotes de uva que tengo a mi lado, para que con los años se parezcan a mi, que ya seré un vino viejo en un envase arrugado.
Y para despedirme creo que lo mejor es decir, " brindemos por todas esas furgonetas a las que quiero y aprecio" Salud.

2 comentarios:

  1. olé por tu brindis!ahí va el mío

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  2. Qué menos que compararnos con un Hummer, con mucha cilindrada, contundentes, consumiendo una barbaridad.... y desde luego no al alcance de cualquiera.

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